Hoy no voy a callar. Tuve mucho tiempo y oportunidad de
hacerlo antes y, supongo que tendré mucha más luego. Hoy el cielo me busca como
su único amigo, escarba y alucina con adentrar en mi alma; con invitarme a ser
parte de su inmensidad.
Hoy la melancolía está cada vez más lejos, y si algún día
pretende regresar me encontrará distinto a lo que era cuando se fue. Encontrará
una historia distinta a la que alguna vez quiso escribir en mí. ¡Sí! ¡La
melancolía me buscaba! ¿Quizás la melancolía se quiso disfrazar en soledad quitándole
la esencia mágica a esta última? Contemplar esta posibilidad es querer darle
sentido, y estoy seguro que no. La soledad es una forma de felicidad, la
oportunidad única de regocijarte en tu riqueza interior: danzar en tu propio
compás, darte la oportunidad de robarte una estrella, o de poner alguna otra en
el firmamento.
Sentí también que el silencio era una forma de debilidad.
Que el silencio era la característica de un ser humano débil. ¡Pero qué
barbaridad pude haber pensado! El silencio es un pedazo de cielo. Un anticipo
de gloria. El silencio es determinación y profundidad. Pero claro, aclaremos
que no considero valioso el silencio que nos impide defendernos y que nos
quiere hacer ahogar en nuestros propios pensamientos. Tu pensamiento es tan
valioso como el de cualquier otro. ¡Grítalo, compártelo, defiéndelo!
Por mucho tiempo fui de los que pensaban en el camino más
fácil: quise esconderme. Quise enclaustrarme y “protegerme”, quise ocultarme
sin dejarle un justo paso a la luz (sin saber que en un destello de luz se
puede ocultar un buen momento, un feliz recuerdo o una nueva experiencia). Era
esa infinita luz que no se cansaba de seducirme, de traerme consigo. Aquella
increíble fuerza ganó la partida al ser el mejor contrincante. La necesidad de
brillar hasta quemar siempre será más fuerte que cualquier otra penosa
circunstancia.
¿Por qué simplemente no intentamos convertirnos en quienes
somos realmente? ¿Por qué esa inconsciente obsesión con el que dirán? ¿Acaso una
persona no es completamente bella y valiosa cuando no tiene miedo de gritar quién
es? de aceptarse como un conjunto de auténticas cualidades ¿Acaso el sueño de
ser auténtico se ve eclipsado por una sociedad cada vez más inconexa y menos incluyente? Tantos años de evolución y
ver en el resultado una clara influencia de preceptos morales, paradigmas,
tabúes, sólo logran desconcertar. A veces todo es contradicción.
La vida y el universo son un claro reflejo de la inmensurable
diversidad en la que habitamos. Todos podemos ser testigos. Hoy no hay forma de
anular y simplemente ignorar. Hoy debemos abrazar la diferencia y unirnos cual
uno solo.
Cada noche debería crecer en nosotros la voluntad de cambiar
mentes y no temerle a ser parte de un todo. Es lo que espero y cual visión sólo
me embarga de dicha y hace brotar una esperanza que no puedo ocultar.Todas nuestras emociones no deberían resumirse en absurdos
lamentos. Toca insistentemente. La indiferencia nunca ha sido tan fuerte como
el perentorio convencimiento de luchar.
Abrir los ojos para sobrevivir. Paciente vas extendiendo en
el camino tu mano fuerte, tu mano cómplice a quien merezca caminar de tu lado.
Quien merezca permanecer de tu lado. Alguien a quien entregues tu canto que
sólo pide sanar. Así con esa luz que vayas destellando, irás alumbrando el
incierto camino y podrás seguir con calma. Estarás lastimado ¡cómo no! Pero
encontrarás confianza y felicidad en tu propia lucha. Quizás la tenacidad de
enfrentar la vida traiga consigo lo necesario para mirarla a la cara y abrazarla:
honrar a la vida.
Hoy pedirás perdón si lo deseas. Hoy no te culparás. Hoy
desecharás el arrepentimiento y convencerás al remordimiento de que no es tan
fuerte como quiso hacerte ver. Hoy tu tristeza nadará en un estanque vacío. Hoy
tu silencio no temerá extinguirse.
¿Puedes recordar todas las veces que miraste al cielo y
gritaste con una mezcla de impotencia y resignación por qué nadie te
comprendía? ¿Recuerdas todas las lágrimas que los demás pusieron en ti? Hoy
borrarás cada recuerdo lacerante de tu memoria y así le irás abriendo espacio a
nuevas experiencias que serán nuevos recuerdos, que te robaran el aliento de
sólo escarbar en ellos. Hoy mirarás al cielo y te verás tan semejante a él.
Será fácil perderte en el increíble pensamiento de que los mejores días de tu
vida esperan ansiosamente llegar. Llorarás de felicidad y dicha.
Hoy no fingirás ser más quien no eres. Hoy respirarás el
aire de la verdad. Hoy te convencerás de que se puede aprender a ser libre. Hoy
serás tú único salvador. Hoy serás un héroe para ti. Hoy serás un fin en sí
mismo. Dejarás que tus deseos quemen en llamas. No te reprobarás. Te dejarás
abrazar por la delicada brisa de la liberación.
Llorar no sirve de nada. Hoy despiertas y te rescatas. Hoy
eres un ángel. Hoy eres un dios. Hoy eres el cielo. Hoy eres la luz que insiste
en vencer la oscuridad. Hoy eres el guerrero con más valor. Hoy cantas y
desearás morir cantando. Hoy eres la melodía perfecta. Hoy eres el muro más
difícil de romper. En el fondo de ti aguarda magia inmensurable que solo espera
un suspiro para volcarse y encontrar el camino. ¡Fuerza!
Eres feliz con el claro de luna. Eres feliz con un nuevo
amanecer. Feliz cuando sientes volar al ritmo de una canción; feliz cuando encuentras
respuestas a preguntas que aún no te has formulado. Feliz cuando caminas tu
propio camino. Atrás quedan los caminos que ya muchos han recorrido. Hoy tocas
tu pecho y encuentras la fuerza que necesitas justo ahí: en el pequeño espacio
entre un latido y otro.