Luna, aquí estoy otra vez, cantándote una vez más. Hoy vuelvo a tu refugio y me dejo acariciar por tu susurro de eternidad. Ha pasado tiempo en que no he estado aquí, pero la vida algunas veces me consume con su miedo. Sé que ahora no debo temblar, pero a veces quisiera no ser consciente de ello, vivir sin recuerdos y sin asfixias. Hoy me siento mucho menos débil que ayer, pero cada vez, y sin explicármelo, más solo. No se si sea la verdad, el olvido o las lágrimas, pero cada vez encuentro que es más difícil confiar.
La vida y sus desafíos me seducen, me alientan a encontrar cada vez nuevas maneras y a intentarlo todo. ¿Quién no ha temido al fracaso? ¿Quién no ha esperado alguna vez una respuesta que nunca llega? Dudas que envuelven y revuelcan el ser; dudas que sólo quieren ser resueltas. Dudas que a veces ganan.
Busco en las huellas de ayer las causas que me han traído aquí. Quiero buscar y encontrar vida. Quiero hallar mi lugar. Lejos o cerca. En esta o en una nueva tierra. Sea en el lugar más extraño o en el de mi ilusión. Sea con estos latidos o unos nuevos, sea con este aliento o con uno en libertad.
